Antiguas monedas romanas circularon hasta 1885


Enrique Burguet echa mano de bibliografía para repasar algunas de las anécdotas e historias que rodean a algunas monedas romanas. Según Burguet, y citando a Antonio Vives y Escudero, hasta 1885 «hubo monedas romanas circulando. Los campesinos las encontraban y las ponían en circulación. Acababan en tiendas, estancos y, sobre todo, en los cepillos de las iglesias, que acabaron por convertirse en paso obligado para los coleccionistas de la época».

¿Puede ser que la moneda de la Rúa proceda de alguno de estos cepillos o de alguna colección? «En este caso no lo creo, en otros puede ser», dice. Y prosigue con algunas curiosidades, como el as de Augusto que una agricultora encontró en Bandujo (Proaza) y que fue acuñado en Iula Traducta (Algeciras). «Demuestra que las monedas son grandes viajeras. Si hasta aquí llegó una moneda hecha en Algeciras, es normal que hayan llegado desde Calahorra», repasa, en referencia al bronce encontrado a escasos metros de la fuente de la Rúa.

Burguet prosigue analizando un caso muy estudiado. «En los tiempos de las guerras astur-cántabras hay autores que aseguran que Augusto puso en funcionamiento una ceca itinerante que viajaba con las tropas para el pago de las soldadas. Otros aseguran que las monedas con las que se pagó a los legionarios llegaban desde Lugo o Mérida. Pero sería lógico que la ceca fuera itinerante, porque cuanto más cerca de las tropas, más rápido y con más seguridad se les podía pagar», descubre Burguet.

Y este numismático sentencia: «No es nada raro que aparezcan monedas partidas a la mitad. Como había escasez, se fragmentaban convirtiéndolas en monedas de otro valor. Los romanos eran muy prácticos».
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